Aquel día, cuando llegó la noche, JESUS les dijo: Pasemos al otro lado
Marcos 4:35
Los hijos crecen aprendiendo a confiar en la palabra de sus padres. En la vasta mayoría de casos, lo que los padres les dicen a sus hijos es verdad. Las promesas se cumplen, los planes se realizan, el consejo es sólido. Pero, inevitablemente, llega un día de desilusión cuando un padre no vive a la altura de su palabra.
Cuando un niño llega a ser seguidor de Jesús, aprende algo nuevo: La Palabra de Dios nunca falla. Los discípulos de Jesús aprendieron eso cuando Él les llamó para que cruzaran el mar de Galilea y surgió una peligrosa tormenta, amenazando con hundirlos. Los discípulos se llenaron de temor hasta que Jesús calmó la tormenta y continuaron la travesía. Esto es lo que aprendieron: Cuando Jesús dijo que cruzarían el mar de Galilea; ¡ellos cruzarían el mar de Galilea! Ninguna tormenta o circunstancia evitaría que ellos llegaran al otro lado. Hubo una tempestad, sí; pero fue sólo un reto, no un cambio.
La Palabra de Dios nos dice que llegaremos “al otro lado” por la eternidad y por la fe en Jesús. Nunca permita que una circunstancia en la vida sea una razón para dudar de las promesas de Dios.