"Para tener paciencia necesito..."
Cuando entramos a la etapa de la Paciencia avanzamos un paso, pero, entramos en otro paso importante que hay que dar.
Al empezar a servir a Dios, surge en nosotros la impaciencia, por esto no se nos puede olvidar un ingrediente que acompaña a este calificativo del Espíritu Santo y es la “Humildad”.
La paciencia es la clave del gozo; pero la prisa es la clave del dolor” Debido a que todos somos imperfectos, las esposas deben tener paciencia con sus esposos, los esposos con sus esposas, los padres con los hijos, los maestros con los estudiantes, y los que están a cargo con los que están sujetos a ellos.
Hoy en día la impaciencia es una falta común porque todo el mundo parece estar apurado. Además hay mucha ambición, la cual hace que algunos se impacienten con los que parecen retardarlos en su carrera para llegar a la cima.
Sabiamente la palabra nos aconseja a ser pacientes, longánimos:
"Ejerzan paciencia, por lo tanto hermanos, …. Hagan firme su corazón.
Se nos dice que el amor es paciente, ¿Por qué? Porque el amor no es jactancioso, no se infla. También leemos que el fruto del Espíritu es amor, gozo y paz, “gran paciencia.”
Santiago 5:7, 8; 1 Corintios 13:4
Una gran ayuda para la paciencia es la “humildad”. Es es evidente que las inspiradas palabras del Rey Salomón: "Mejor es el que es paciente que el que es altivo de espíritu.” Eclesiastés 7:8
En otras palabras el que es altivo no es paciente. Y puesto que esto es así, desprende que la humildad es esencial para la paciencia.
La palabra nos dice que la persona altiva u orgullosa no piensa con juicio sano. (Romanos 12:3) tiene poca paciencia en sus tratos con otros. Su actitud es ¿por qué tengo que esperar yo por otros? Por que tengo que aguantar yo las irritaciones de otros o quien se creen que son ? En vez de ser lento para la ira y la paciencia, el hombre orgulloso es presto para expresar su desagrado.
La biblia nos muestra que nuestro Señor, hermosamente ilustró este principio, de que la humildad y la paciencia van juntas, en sus tratos con sus apóstoles. Sin embargo ellos pusieron a prueba su paciencia una y otra vez, por su inmadurez espiritual, por sus rivalidades, por su lentitud en comprender. Ciertamente el mismo maestro les lavó los pies a sus apóstoles mostrando la mayor manifestación de paciencia y amor. Zac 9:9; Juan 13:4-15
Así es que esforcémonos por ser humildes. En realidad nadie debe pensar más de sí mismo de lo que es necesario pensar. (Romanos 12:3) Todos cometemos errores, no usamos buen juicio, pecamos. (1 Reyes 8:46) Podemos destacarnos en algunos campos, otros se destacan en otros. El proceder de la sabiduría es seguir el consejo: " No haciendo nada movidos por … egotismo, sino considerando con humildad de mente que los demás no son ni menos, ni más que nosotros.” Si tenemos esa actitud humilde tendremos poca dificultad en ser pacientes con otros. Filipenses 2:3
Mañana veremos cómo evitar el orgullo.
Que tengan un excelente día.
Los amamos Pastores Rubén y Eli.